La entrevista empezó a las 8 de la noche, con sonrisas tímidas y miradas serias el señor Mario empezó a contar las primeras anécdotas de la noche, divagando entre sus recuerdos tratando de rememorar los buenos momentos vividos de su juventud.
Su trabajo tal vez no fue el más interesante, pero si uno de los más importantes, ser el ingeniero que se hacía cargo de las máquinas y los motores no era fácil, pero fue lo que más levantó su ánimo y su espíritu aventurero.
Por otro lado, el señor Guillermo fue un aventurero, su trabajo estaba en altamar, el siempre dijo que era un oficinista, pero yo considero que era el gemelo peruano de James Bond quien necesitaba esconder su identidad como un superhéroe.
Pero así como tuvieron buenos momentos, también estuvieron los amargos momentos de la historia y un fragmento oscuro al que no pudieron escapar fue definitivamente al terrorismo que azotó a nuestro país, por un lado el señor Mario trataba de apoyar a las plantaciones de luz para evitar los apagones en las zonas de mayor impacto y vulnerabilidad, pero ahí todavía no acababa su función, el recuerda que en las comisarías de Lima se necesitaba personal de apoyo con la finalidad de resguardar el orden que necesitaba la ciudad en ese momento siendo testigo de la muerte de un compañero, lo que impulsa su retirada de la vida militar.
No obstante, el señor Guillermo Pazos, también cumplió roles en esta época,internado en alguna de provincia de Lima, cumplía funciones de apoyo para sacar a las personas de la zona de conflicto dependiendo mucho de la
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